La Argentina recibió a Venezuela con la obligación de ganar para encaminar la clasificación al Mundial que organizará Rusia el próximo año. Las derrotas de Chile, el empate de Colombia y el resultado de Ecuador en Quito jugaron a favor del elenco albiceleste, que desde los primeros movimientos presionó a su rival contra el arco defendido por Wuilker Fariñez Aray.
En el inicio del partido, parecía que la Albiceleste se llevaba por delante a la Vinotinto. Tanto Ángel Di María por la izquierda como Javier Mascherano y Lautaro Acosta por la derecha encontraban espacios para complicar y abastecer a quien entrara por el medio. Mauro Icardi tuvo dos claras pero se topó con el arquero Wuilker Fariñez, y a Ever Banega se la desvió un defensor. Pero a los 24, otra vez Di María sufrió una lesión muscular y el equipo se desinfló.
Así, dominando pero sin tanta claridad en los últimos metros, el local rompió la modorra con un disparo de Paulo Dybala y otro de Lionel Messi desde afuera que tapó Fariñez. Pero el complemento empezó con un baldazo de agua helada. Tras un error de Banega en defensa y una veloz contra de los de Rafael Dudamel, John Murillo definió muy bien por sobre la salida de Sergio Romero y sembró la zozobra en Núñez: Argentina quedaba fuera de la zona de clasificación. Pero los fantasmas duraron poco, porque a los ocho Marcos Acuña, que había reemplazado al Fideo, desbordó por izquierda y envió un centro que Rolf Feltscher, emparejado con Icardi, metió en contra en su afán de despejar.
Después, el trámite se abrió. Sobraban los espacios para que los dos hicieran su juego: desde el contragolpe visitante hasta el dominio de los de Sampaoli, que podrían recuperar el protagonismo pero ya no la calma.