La intención de la administración de Vidal es no esperar una reforma global desde el Gobierno y dar el primer paso con un tributo provincial: proponen “una reducción gradual y general de ingresos brutos”.
Esto le generaría una ventaja competitiva para atraer inversiones respecto a otros territorios, y empujaría a otras administraciones que, frente a la posibilidad de perder competitividad, los siguiera y allanaría el proceso de la reforma tributaria.
Al respecto, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, ya había adelantado que ese iba a ser el camino a seguir. "Nosotros hacemos un fuerte trabajo para bajar la presión, por lo que todos tenemos que hacer un esfuerzos, y los municipios también. Si nosotros reducimos la presión pero los municipios aprovechan y suben las tasas, estamos en el mismo lugar. Además, tenemos que armonizar las tasas porque, por ejemplo, no es posible que un mismo tributo tenga grandes diferencias en dos municipios que son vecinos", explicó.