Por Leonel G. Avila
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Los bragadenses tenemos una ventaja que muchos otros quisieran tener, pero, sin embargo, es desconocida por la mayoría. Aunque cueste creerlo, no sólo podemos evocar a Santa Rosa de Lima a través de la histórica imagen que se conserva en la Parroquia homónima de nuestra ciudad, sino también por medio de un pequeño huesito (hoy convertido en reliquia) que formó parte de su cuerpo cuando estuvo con vida.
Si consideramos como punto de referencia el fallecimiento de Isabel Flores de Oliva, más conocida como Santa Rosa de Lima, su resto mortal tiene hoy 397 años y 428 si contamos desde que nació. Hasta 1983 o 1984 descansó en Perú en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (junto con los demás restos de la Santa); y desde entonces lo hace en Bragado en la Parroquia que la evoca, tras haber sido traído por el Sr. “Tata” Calcio (quien actuó de intermediario en un viaje que realizó a Perú) y entregado al cura párroco Lino Giancinti con su correspondiente certificado de autenticidad.
El pequeño huesito puede verse a través de una vitrina, rodeado por una gran corona.