Las facturas de gas de este invierno siguen llegando con altísimos aumentos. Si bien el cuadro tarifario para los usuarios residenciales no se modificó (es el mismo que el año pasado), son muchos los clientes del área metropolitana que reclaman por los abultados incrementos que llegan hasta 700%.
Según la normativa que el Gobierno implementó en marzo del año pasado, cuando anunció un parcial retiro de subsidios a los consumidores, el encarecimiento del servicio fue calculado, según la categoría del cliente, para los hogares que no logren retraer su consumo de gas respecto del mismo bimestre del año anterior. Es decir, la suba alcanza a aquellos usuarios que no ahorren en su demanda del servicio. Y es que la Resolución 226 de la Secretaría de Energía establece que los usuarios que reduzcan un 20% su consumo no tendrán ningún aumento (seguirán recibiendo la totalidad de los subsidios); los que bajen su demanda entre un 5% y un 20% recibirán una suba intermedia; y a los que ahorren menos de un 5% se les aplicará un alza plena