La Asociación del Fútbol Argentino está pasando actualmente por la peor crisis financiera e institucional de toda su historia, y la situación solo parece agravarse con los meses. De hecho, tales son las dificultades que ni la potencial victoria de la Albiceleste en el Mundial de Rusia de este año podrían arreglar la criticada gestión que se ha hecho últimamente desde el ente regulador.
Todo empezó el 30 de
julio de 2014 con la muerte del entonces presidente de la AFA, Julio Grondona.
Pese a ser considerado casi como un dictador y uno de los mayores responsables
de la red de corrupción de la FIFA según los Estados Unidos, lo cierto es que
el desorden administrativo llegó solo después de su fallecimiento con una no
menos polémica votación para saber quién sería su sucesor.
Otro elemento que
hizo estallar esta delicada situación fue la decisión de la ahora ex presidenta
argentina Cristina Fernández de Kirchner de nacionalizar todas las
transmisiones de fútbol con el programa “Fútbol Para Todos”, de modo que todos
los partidos pasaran a emitirse en abierto. Esta medida fue vista para muchos como
una fuente de corrupción y una herramienta populista del gobierno para ganarse
el favor del pueblo.
Hace unas semanas, el
actual presidente, Mauricio Macri, anunció un pago de 22 millones de dólares a
la AFA, una cifra algo por debajo de lo inicialmente pactado. El gesto del
mandatario pretendía destrabar esta crisis que ha llevado a miles de
futbolistas del país a unirse a la huelga convocada por su gremio para
protestar el hecho de que llevan meses sin percibir su sueldo.
No parece que esta
suma vaya a destensar el ambiente, ya que la percepción de los deportistas es que se va a usar para pagar deudas con el erario
público, los bancos y los socios. Esto nos lleva a preguntarnos en qué se
destina todo el dinero que se mueve en el fútbol, empezando con las altas
cantidades que los principales clubes se gastan en las transferencias de los jugadores más deseados.
Tal difícil situación
ya complicó en su día la fase clasificatoria de la selección nacional para el
Mundial de Rusia. Hay que tener en cuenta que dicha competición está organizada
por la FIFA, con quien la AFA mantiene un tenso rifirrafe desde hace años. La
crisis de la institución sigue poniendo contra las cuerdas al equipo argentino ahora
que se encuentra disputando la fase de grupos.
Llegados a este
punto, solo queda esperar que las complejas relaciones entre políticos,
empresarios y futbolistas no perjudiquen las opciones del conjunto albiceleste
de ganar el Mundial o de, al menos, demostrar todo su talento.