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Nacionales  Domingo 19 de Agosto del 2018 - 17:58 hs.                4795
  Nacionales   19.08.2018 - 17:58   
El otro lado de las loterías
A lo largo de la historia se ha manifestado una firme creencia por la cual, las loterías del mundo existen solo para repartir dinero al afortunado ganador en las actividades que el establecimiento ofrece
El otro lado de las loterías

A lo largo de la historia se ha manifestado una firme creencia por la cual, las loterías del mundo existen solo para repartir dinero al afortunado ganador en las actividades que el establecimiento ofrece. No obstante, si bien gran mayoría de las ventas de boletos y del dinero recolectado se utiliza para los grandes pagos de personas agraciadas, también existe una actividad no muy conocida de estos centros de juegos azar con el gobierno de los respectivos países: financiación pública.

 

Las grandes loterías del mundo tienen esta actividad en común con todas las administraciones públicas de sus correspondientes naciones. Mediante el apoyo a organizaciones benéficas, empresas públicas y otras patrocinadas por el ente ejecutivo, es sin duda una realidad que el destino de este dinero refuerza el gasto social de una nación. Una persona puede sencillamente ver a que organizaciones se destina dicho dinero ya que están plasmadas en su página web, resaltando empresas deportivas, culturales, instituciones educativas y muchísimas otras.

 

Atendiendo a lo referido con anterioridad, resulta irónico saber que en un intento de hacerse rico mediante un pico de suerte se termina financiando la construcción o renovación de escuelas, iglesias, espacios de recreación o actividades comunitarias que permitan la igualdad entre los diferentes habitantes de una nación, una actividad muy poco relacionada con el primer objetivo. Uno podría hasta hacerse la idea de que realizar esta actividad ayudaría a contribuir a la economía o el bienestar del territorio nacional más allá de pagar los impuestos anuales.

 

Según se cree, todo esto comenzó en China cuando el emperador Cheung Leung, intentó buscar fondos para financiar sus actividades armamentísticas y, en vista de la poca popularidad de los impuestos, se inventó un sistema de “lotería” en donde las personas ganarían un pago enorme si adivinaban la combinación correcta de números o palabras. Con esto, no solo los objetivos de los gobernadores se vió cumplido, sino que además tuvo como consecuencia un fuerte golpe para la economía. Sin duda, es un cuento muy interesante de la dinastía Han que data de hace tres mil años de antigüedad.

 

Siguiendo con la historia pasamos a la Europa del siglo XV, donde monarquías como las de Francisco I de Francia o la reina Isabel británica, fueron capaces de implementar este sistema para tiempos de guerra y finanzas estatales. Inclusive, fue utilizado como método de asentamiento en pueblos de Estados Unidos durante la colonización por el rey Jacobo I a inicios del citado siglo.

 

Quedándonos en este país, resulta imponente el conocimiento del crecimiento de la nación americana en parte gracias a las más de 200 loterías que existieron entre 1744 y 1746, utilizando lo reunido para financiar carreteras, colegios, puentes, bibliotecas y, presuntamente universidades, como Princeton y Columbia, así como de nuevo, financiación armamentística.

 

Es interesante ver cómo los beneficios recabados por estos sistemas de recaudación pueden utilizarse para cumplir objetivos nacionales y cubrir gastos para el desarrollo de los estratos sociales, todo partiendo de un intento por hacerse con la máxima riqueza. Es decir, la riqueza de unos pocos permitiría paliar la desigualdad de muchos.



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