A pesar de los vaivenes y de los
cambios inesperados que significaron los últimos dos años para la mayor parte
de los sectores productivos, el campo
argentino sigue siendo el “buque insignia” de la producción nacional, y la
fabricación industrial apuntada a este rubro no se queda atrás.
Así, tanto indicadores
estadísticos como provechosas muestras de climas y lluvias favorables dan
alivio a los hombros de productores y empresarios de este ámbito, y aportan un
mayor margen para la planificación que puedan llevar adelante para lo que resta
de este último trimestre, y de cara al 2022.
De esta manera, veamos a continuación algunos aspectos prometedores de la producción de los “fierros” en nuestro territorio y cómo también esto también genera una mayor competencia en el desarrollo de los equipos, para asegurar así que en el mercado se encuentre la mejor calidad de cosechadoras, tolvas, pulverizadores, entre otros.
Entre los estudios y relevamientos
oficiales más profundos, se puede observar el realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC), que pone de manifiesto que las transacciones de la maquinaria
agrícola tuvo una suba de más del cincuenta por ciento (50,7%) si se compara
entre el segundo trimestre del año con el mismo período del 2020.
Asimismo, el análisis toma cuatro
tipos de equipos para trabajar el campo (implementos, cosechadoras, tractores y
sembradoras) y se nota claramente que esta tendencia viene desde el primer
trimestre en base a los primeros tres meses del año pasado.
Por otro lado, otro buen “síntoma”
de esto es el gran aumento de los patentamientos de vehículos agrícolas y otros
bienes de capital asociados a la producción rural.
Esto es informado por la
Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA),
que termina por examinar el mercado y da cuenta del aumento de más del 77% del
total hasta ahora durante este año y comparándolo con el 2020. En lo que
respecta al equipo que encabeza este informe, las cosechadoras en venta superaron su propia marca interanual con un
aproximado aumento del 75%.
Las lluvias de los últimos días
superaron lo que se esperaba, por lo que esto fue recibido con buenos ánimos,
dadas las altas temperaturas que azotan las zonas agrícolas más productivas del
territorio nacional.
De esta manera, todo lo que atañe
al sembrado y al resembrado no se ve totalmente afectado por la situación
climática actual, y provee de un recurso invaluable para todo tipo de
plantaciones y terrenos.
Todo esto, sumado a la estación y
momento del año, resulta favorable para mantener o incluso mejorar las
estimaciones que se proyectan para la producción del campo argentino.
Confluyen distintos elementos que
explican las razones por las que las
ventas y evaluaciones del futuro comercial del sector parecerían ser muy
positivas: las buenas siembras de los últimos meses y las que se esperan
tener; el acompañamiento que está haciendo el clima y las lluvias; y la
confluencia de las cámaras empresariales para trabajar en conjunto con el
Gobierno por la Ley de Agroindustrial y por lograr que se lleven adelante
acciones que incentiven la fabricación nacional y la producción agrícola.
De esta manera, tanto los equipos
importados como los que se hacen en el país, se compran como pan caliente y
esto también lleva a que los equipos de segunda mano (como cosechadoras
usadas, pulverizadores o tractores,
por nombrar algunos) cumplan con los requisitos necesarios para garantizar una
excelente performance.
Adicionalmente, la falta de
repuestos e insumos hace que recobren aún
mayor valor los que están a la venta en los marketplace y sitios de e-commerce,
por lo que quienes estén buscando buenos equipos en los que invertir, sólo
deben buscar con atención.
Este último año ha sido muy “jugoso
“en base a la compra y venta de maquinaria nacional e
internacional, por lo que esto sirve como un factor para considerar que el
sector agropecuario está atravesando un buen contexto productivo y que tanto
productores como empresarios tienen su atención puesta en lo que depare el
próximo año.
Por
todo esto y más, el buen momento del
campo y las ganas de trabajar que tienen los trabajadores rurales convergen
en una situación similar a la de años pasados, en los que los indicadores y las
transacciones agroindustriales fueron excelentes y auguraron producciones
fructíferas.