El pasado 19 de marzo, en cuestión de minutos, una feroz tormenta de vientos de más de 100 kilómetros por hora y granizo provocó enromes destrozos sobre una gran región de los partidos de 9 de Julio y de Bragado, en la provincia de Buenos Aires. El INTA acaba de medir el impacto de los daños en el segundo de esos partidos, con algo más de 19 mil hectáreas agrícolas destruidas.
“Un informe elaborado por la Agencia de Extensión Rural Bragado del INTA indica que la franja más cercana a la Ruta Nacional 5 fue la más afectada, calculándose que fueron más de 19 mil las hectáreas comprendidas, siendo las delegaciones de Asamblea, Comodoro Py y Olascoaga las más afectadas. Según los registros pluviométricos de la red de informantes del INTA, durante la tormenta acumularon 100 milímetros”, indicó un documento oficial.
En esa enorme franja equivalente a la superficie de casi una Capital Federal (22 mil hectáreas), los daños “presentan distinta magnitud, que puede variar del 15% hasta su totalidad”. Los cultivos se encontraban en estados de madurez avanzado, por lo que “no es probable la recuperación del material verde arrasado por el granizo”, indicaron los técnicos que evaluaron el estado de cosas que dejó el temporal.
El maíz temprano tuvo un inicio de cosecha que se vio interrumpida por los eventos climáticos. Luego del evento puede haber inconvenientes para su recolección. En los lotes con maíz de siembra tardía, reportó daños por vuelco y defoliación, que podrían dificultar el llenado de granos. En algunos lotes en particular el cultivo quedó completamente destruido.
En la soja, que atraviesa el período final de llenado de granos, se observaron defoliaciones y caída de vainas al suelo. En las zonas donde se focalizó la tormenta, se encontraron lotes con pérdidas totales.
En relación con las zonas de pastizales para el ganado, también se han visto afectadas, lo que podrá “derivar en la necesidad de adquisición de rollos o reservas” hasta que se produzca el rebrote.
Las pérdidas no sólo se han verificado en lotes productivos, sino también en voladuras de techos de viviendas rurales, muerte de hacienda y montes caídos.
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