El gobernador Axel Kicillof quiere que la provincia de Buenos Aires tenga su propia medición de la inflación, independiente de la que elabora a nivel nacional el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Y quiere también que el sistema que contabilice ese índice bonaerense también use la inteligencia artificial para analizar tendencias y hasta las “trampitas” que hacen las empresas con los precios de sus productos.
La iniciativa de la Provincia se plasmó en un convenio con la Universidad Nacional de San Luis y la Fundación Dr. Manuel Sadosky, aprobado hoy por un decreto publicado en el Boletín Oficial bonaerense, pero suscripto a principios de diciembre pasado.
El software que se busca desarrollar “deberá recopilar la información de los productos que integran la canasta de bienes y servicios, realizar control de calidad, normalización y consistencia de los datos obtenidos, y almacenarlos en una base de datos que permita realizar diferentes análisis”, se explica en los considerandos de la norma.
El sistema incorporará, además, funciones de lo que usualmente se conoce como inteligencia artificial, ya que el convenio dispone que se diseñarán “modelos de aprendizajes automáticos que permitan descubrir patrones de comportamientos de los datos recolectados, tales como análisis de tendencias generales y particulares de los precios, cambios de presentación y/o formatos de los productos de la canasta, así como también la disponibilidad y/o faltantes de productos”, precisa el decreto firmado por Kicillof.