El mercado de divisas es uno de los mercados financieros más importantes del mundo, donde las monedas se compran y venden a diario en transacciones que superan los billones de dólares. Al estar centrados en el papel moneda que utilizan los distintos países del mundo, los bancos centrales tienen mucho peso en su estado, por lo que sus decisiones tienen una gran influencia en la forma en la que operan los inversores.
Los bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Japón (BoJ), son los responsables de mantener la estabilidad económica de sus respectivos países (en el caso de Estados Unidos y Japón) o sus zonas monetarias (Eurozona). Para cumplir con este objetivo, los bancos centrales tienen diferentes herramientas de política monetaria, como las tasas de interés, las operaciones de mercado abierto y las políticas de control de la oferta monetaria.
La tasa de interés es una de las herramientas más destacadas de los bancos centrales. Al aumentar o disminuir las tasas de interés de referencia, esto afecta al coste de endeudamiento en la economía.
Cuando un banco central decide aumentar la tasa de interés, los inversores globales tratan de buscar oportunidades en esa moneda, por lo que su valor tiende a ascender. El caso contrario suele ocurrir cuando bajan, volviéndose menos atractiva.
Hay otras formas de influencia en el mercado de divisas: las políticas de expansión y contracción monetaria. En una política expansiva, el banco central aumenta la oferta monetaria, ya sea a través de la compra de activos o reduciendo las tasas de interés. Esto generalmente deprecia la moneda, ya que deja más cantidad de dinero circulando en el mercado. La flexibilización cuantitativa del BCE en la década de los 2010, como respuesta a la crisis económica global, es un buen ejemplo de cómo la política expansiva debilitó el euro frente a otras monedas, como el dólar, un momento clave en la historia de las inversiones forex.
Sin embargo, optar por una política monetaria restrictiva supone que un banco central retira liquidez del mercado o aumenta las tasas de interés. Esto suele fortalecer a la moneda, ya que la hace más escasa y, por ende, más valiosa.
Hasta ahora solo hemos nombrado formas indirectas en las que los bancos centrales pueden intervenir en la moneda, sin embargo, también pueden intervenir de manera directa en el mercado de divisas con el fin de estabilizar su propio dinero. Esta forma de actuar es poco habitual en las economías desarrolladas, pero sí es más común en mercados emergentes. Estos compran o venden grandes cantidades de su manera con el fin de alterar su propio valor.
El Banco de Japón es una de las excepciones dentro de las economías de Japón, ya que tiene un largo historial de intervención económica directa en el yen japonés, con el fin de aumentar la competitividad de sus exportaciones, algo muy importante en el país nipón por su gran industria tecnológica, con empresas como Sony o Toshiba o marcas como Toyota, con un gran peso global dentro de sus respectivos sectores. Durante muchos años, el BoJ ha vendido una gran cantidad de yenes con el fin de evitar que aumente mucho su precio, mientras que al mismo tiempo compra otras monedas, para equilibrar el mercado.
Las expectativas de una intervención directa también puede tener una influencia en el mercado de divisas. Los inversores tratan de adelantarse a las decisiones de los gestores, lo que genera movimientos en los precios de monedas antes de que ocurra cualquier cosa. Esta anticipación puede generar una volatilidad importante en los mercados, por lo que hay que tener mucho cuidado en estos momentos de máxima incertidumbre.
El apalancamiento es un factor clave en el mercado de divisas. Pero, si eres un principiante en este sector, leerlo te sonará a chino: te preguntarás qué es el apalancamiento en trading. Esta es una herramienta que permite a los inversores y traders controlar una posición en el mercado utilizando una cantidad de capital mucho menor que el valor total de la operación. En otras palabras, el apalancamiento les permite "pedir prestado" dinero para aumentar su exposición en una inversión sin tener que poner todo el capital necesario.
Uno de los mayores beneficios de esta herramienta es que permite maximizar las ganancias con movimientos muy pequeños. Por ejemplo, con un apalancamiento de 1:100, solo se necesitarían 1.000$ para controlar 100.000$ en el mercado de divisas. Por lo tanto, si la moneda comprada sube ligeramente, la ganancia puede ser mucho mayor.
Pero no es oro todo lo que reluce. El apalancamiento también supone un aumento del riesgo muy considerable. Igual que las ganancias pueden aumentar significativamente, también las pérdidas pueden ser desproporcionadas. El uso del apalancamiento puede generar pérdidas muy superiores al capital invertido. Por lo tanto, hay que ser muy cuidadosos al apalancarse, ya que una mala decisión puede resultar en la pérdida total de la inversión e incluso en deudas adicionales, por encima de nuestro depósito inicial.