Cuatro años de espera, de lucha silenciosa y de un dolor inmenso han llegado a un punto de inflexión para Marisol Gonzalo, una madre coraje que hoy respira un poco más tranquila. El pasado 18 de julio, Rubén Aníbal Cáceres, de 77 años, fue detenido en Chivilcoy, acusado de "abuso sexual agravado con acceso carnal" en perjuicio de dos menores, un niño y una niña, durante el año 2020. Marisol, enfermera de profesión, es la progenitora denunciante en una causa que ha marcado a fuego la vida de su familia.
"Mi hijo hoy puede sentirse libre", expresó Marisol con una mezcla de alivio y agotamiento. Los hechos, ocurridos hace cuatro años, tuvieron lugar en el domicilio del imputado, donde los pequeños eran visitados y, según la denuncia, fueron víctimas de los aberrantes abusos.
Un largo camino hacia la recuperación
El camino para el hijo de Marisol, hoy de once años, ha sido arduo y complejo. La madre confirmó que el niño continuará con un extenso tratamiento psicológico, psiquiátrico y neurológico, además de contar con el apoyo de un acompañante terapéutico y psicopedagógico. Las secuelas del trauma fueron profundas, manifestándose en cambios de conducta drásticos y alarmantes.
"Siempre hay que estar atento a los indicios", enfatizó Marisol, enviando un categórico mensaje a la comunidad. "Es mi mensaje a todos los que están leyendo esto, que estén atentos a los cambios de conducta de los chicos. Cuando él no podía decir lo que le pasaba, porque era muy chiquito, lo manifestaba con cambios de conducta muy bruscos, atípicos para su forma de ser. No permitía que lo tocaran, le molestaban ciertas personas con características similares".
La magnitud del sufrimiento del menor llegó a impactar su salud física. "Mi hijo se enfermó, llegó a tener epilepsia, con episodios de ausencia", reveló Marisol, conmovida. La gratitud hacia el neurólogo Nicolás Schneider es inmensa: "Estoy tan agradecida a su neurólogo, Nicolás Schneider, que lo sacó adelante, él fue traduciendo las conductas de mi hijo, inclusive los episodios de violencia, causados por el trauma".
El temor a las represalias: Una lucha que no cesa
A pesar de la detención de Cáceres, la tranquilidad de Marisol no es plena. Confiesa tener temor por posibles represalias por parte de terceras personas. "Tuve una perimetral en la primera instancia, y ahora también fue amenazada por teléfono la nena; así que estamos alertas y tomando medidas legales al respecto", afirmó, dejando en claro que la lucha por la seguridad y el bienestar de sus hijos continúa.
La detención de Rubén Aníbal Cáceres representa un paso fundamental en la búsqueda de justicia para estas dos víctimas y sus familias. Sin embargo, el testimonio de Marisol Gonzalo resuena como un llamado de atención urgente a la sociedad sobre la importancia de la observación, el acompañamiento y la valentía para denunciar.