La naturaleza jugó una mala pasada con la fauna de la laguna de Gómez, ya que al bajo caudal de agua que se venía registrando, se sumó un fuerte viento sur que sopló durante toda la noche.
Como consecuencia de ello miles de peces fueron arrojados hacia la costa seca, generándose una masiva mortandad.
Por lo que se pudo apreciar, había una mayoría de pejerreyes (también carpas y bagres), la especie más buscada por los pescadores luego de temporadas con baja población.
Según describe el sitio Semanario Junín, personal municipal trabajaba por estas horas para limpiar la costa de los peces muertos y evitar las consecuencias derivadas del olor