Por Leonel G. Avila
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Contar la historia de lugares tan importantes para una ciudad, como es el caso de la Escuela Normal de Bragado, se trata de un trabajo sumamente difícil, a tal punto de que se torna imposible. Podemos hacer referencia a cuestiones trascendentales como su fundación u otras, pero nunca abarcaremos la totalidad. Es que para ello debiéramos conocer las miles de vivencias que tuvieron a lo largo de éstos 100 años cada uno de sus alumnos, profesores, personal de limpieza y demás miembros de la comunidad educativa. Por eso es que aquí nos limitaremos a informar hechos significativos del ámbito institucional, delegando al lector la tarea de añadir todo recuerdo que aparezca en su mente cuando siga éstas líneas.
Los antecedentes de la Escuela Normal Superior de Bragado datan de mucho tiempo, incluso de antes que se fundara. Se remontan a los inicios del “normalismo” tanto a nivel nacional como provincial, siéndolo en consecuencia aquellas primeras escuelas que se instalaron en la década de 1870 en las distintas capitales provinciales, y, más concretamente, las dos que tuvo Buenos Aires. Eran momentos en el que el Estado Oligárquico – Conservador consideraba a la educación como una herramienta estratégica para “civilizar” al pueblo, idea que se fue profundizando con el pasar de los años aunque ya con otros matices y técnicas. La Ley 1420 sancionada en 1884 cumplió un rol fundamental en éste sentido.
Así, la Escuela Normal Superior de Bragado surgió como una institución formadora de maestras de primaria. Fue por impulso del entonces Consejero General de Educación, Antonio Tassi, ante la necesidad de que los distritos del interior de la Provincia también contaran con espacios de formación. A esto se sumó la colaboración de Francisco Deffis, Cosme Luisi, Antonio Molinari, Juan Trejo, Luis Olneri, José Losinno, Juan F. Cáldiz (fundador de EL CENSOR), Juan Calou, Antonio Luchini, Juan Gianini, Roque Ceruzzi y Diego Rapela; quienes constituyeron la comisión de vecinos que primeramente administró a la Normal.
Las clases se iniciaron exactamente hace 100 años, el 14 de abril de 1913, aunque por entonces con el nombre de Escuela Normal Popular. Cada alumna debía asistir durante tres años (en 1915 se sumo un cuarto y en 1916 un quinto) para poder tener el título de “Maestro Elemental”. Por decisión de la comisión de vecinos, Justina Brogini de Riva fue la primera directora.
Atento a las necesidades de la escuela, en 1919 el senador bragadense Pedro R. Núñez realizó las gestiones necesarias para que ésta pasara a seguir los lineamientos de la Escuela Normal de Chivilcoy, posibilitando que desde 1922 las alumnas egresaran como “Maestras Normales Nacionales”. Así, la Escuela Normal Popular pasó a denominarse Escuela Normal Incorporada.
Pero las dificultades no tardaron en llegar. Ante la imposibilidad de la Comisión Administradora de concretar todas las exigencias de laboratorio que había solicitado la inspección, desde el 1° de enero de 1927 la Normal perdió su condición de “Incorporada”.
No conforme con lo acontecido, el 7 de junio de 1929, Pedro R. Núñez (quien ahora ocupaba el cargo de diputado nacional) logró transformar en Ley su proyecto de nacionalización de la Escuela Normal de Bragado, lo que generó que desde el 11 de agosto de dicho año pasara a funcionar como una institución mixta (rasgo que la distingue hasta hoy). Por su parte, el presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, designó directora a la Sra. Blanca Ruiz de Oller, mientras que el puesto de regente se lo concedió a Rafaela Rodríguez de Pradás y el de secretaria a Dora Luchini.
Las grandes dificultades económicas que atravesó el país en el terminó del gobierno de Félix Uriburu y el comienzo del de Agustín P. Justo, llevaron a la Escuela Normal de Bragado al borde de la desaparición. Fue sacada del presupuesto nacional pero afortunadamente logró reincorporarse a la de Chivilcoy. Mucho sirvió la lucha de la comunidad, pero más aún el incansable trabajo de la Srta. Rosa María Regueira.
Con el paso de los años, en septiembre de 1935, la Escuela Normal logró la nacionalización definitiva por impulso de legislador José Blanch. Rosa María Rizzo se transformó en la nueva regente en 1936 y desde el 20 de abril la institución funcionó en el edificio de Gral. Paz 2173 (antes lo había hecho en las instalaciones de las escuelas N° 1 y 4, entre otros lugares).
Más tarde llegó la innovación. En el mes de julio de 1943 se inauguró la sección para niños de cinco años, transformándose en el primer Jardín de Infantes que tuvo Bragado.
Visto la importancia que la Escuela Normal supo ganarse en la comunidad y su necesidad de contar con un espacio propio, el 30 de junio de 1936 el Honorable Concejo Deliberante del Partido de Bragado facultó al Departamento Ejecutivo a que donara al Gobierno Nacional la manzana comprendida por las calles Mitre (hoy Núñez), Avellaneda, Macaya y Urquiza. ¿Cuál era el propósito? Construir allí el nuevo edificio en el que se asentaría la institución (el mismo que hoy la caracteriza). Y así fue, en 1938 se colocó la piedra fundamental ante la presencia del Gobernador Manuel Fresco y el 16 de octubre de 1948 se concretó el traslado.
Desde entonces no fueron pocas las situaciones que se destacaron en la historia de la Escuela Normal. En 1970 perdió su contrato fundacional debido a la decisión estatal de que la formación docente pasara a pertenecer al Nivel Terciario y ya no al Nivel Medio, obligando a la institución a cumplir una función similar a la de los Colegios Nacionales: formar bachilleres. Por otra parte, al año siguiente se creó el “Profesorado para la Enseñanza Primaria y la Escuela”, que posicionó a la institución (ahora llamada Escuela Nacional Normal Superior de Profesorado) como la primera en incorporar el Nivel Terciario en la historia local. Desde 1994 se inició un proceso de provincialización que prosiguió en 1996 con la incorporación del Instituto de Formación Docente N° 78 (logrado por la fusión de los Institutos Superiores de Formación Docente N° 78 y 130).
Las consecuencias de cada uno de esos hechos están actualmente a la vista. Desde 1971 la escuela tiene tres turnos: mañana, tarde y noche (antes había en uno solo); y a partir del ’94 comenzó a funcionar como una Unidad Académica que reúne al Jardín de Infantes N° 913, la E.P.B N° 41 (hasta no hace mucho E.G.B. N° 41), la E.E.M. N° 4 y el I.S.F.D. y T. N° 78.
Hoy todos somos los colores azul, rojo y blanco. La Escuela Normal Superior cumple 100 años y toda la comunidad educativa se presta a celebrarlo. Suman aproximadamente 2 mil las personas que día a día hacen de la institución su segunda casa, pero también otros miles somos los que alguna vez estudiamos en sus aulas y que por siempre la consideraremos nuestra.