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Bragado, Buenos Aires   
Locales  Miercoles 19 de Junio del 2013 - 15:25 hs.                5337
  Locales   19.06.2013 - 15:25   
La Plaza 25 de Mayo, más que un simple espacio público
Surgió conjuntamente con Bragado. Pasó de ser un terreno intransitable a constituirse en el epicentro de la ciudad y de todo acontecimiento de trascendencia.
La Plaza 25 de Mayo, más que un simple espacio público

 Por Leonel G. Avila
Twitter.com/Leonel_Avila

Pocos lugares son tan representativos de una ciudad o pueblo como sucede con las plazas. En general no sólo se tratan de los “pulmones verdes” de toda comunidad, sino que además reflejan la historia, los valores de su gente, sus héroes y/o líderes, y hasta el interés o el descuido de los gobiernos y de la población hacia lo público. Todo queda representado allí en mayor o menor medida. La Plaza 25 de Mayo de la ciudad de Bragado (Pcia. de Bs. As.) no es la excepción, con el plus de que se encuentra en medio del Centro Cívico y que sobre su superficie han transcurrido la mayor parte de los acontecimientos históricos de todo el Partido.

Bien acorde al trazado ortogonal heredado de las Leyes de Indias de los tiempos coloniales, el centro de la ciudad de Bragado es una plaza. Se trata de la “25 de Mayo”, aquella que linda con las calles Alsina, Belgrano, Mitre y Pellegrini. Bien acorde a su condición de centro cívico, se encuentra rodeada por las principales instituciones y referentes de todo el Partido: el Palacio Municipal, la Parroquia Santa Rosa de Lima, el Centro Cultural Florencio Constantino, la Escuela N° 1 “Bernardino Rivadavia”, el Hogar San Vicente de Paul, el Colegio Nacional, dependencias municipales y la sede de la Fiesta Provincial del Caballo. A pocos metros se encuentran los comercios más destacados de la ciudad y también otros lugares de gran relevancia: la Comisaría, El Juzgado de Paz, el correo, el Consejo Escolar y el Registro Civil.

Tanta es la importancia de la Plaza 25 de Mayo para la historia de Bragado que podría considerarse el sitio fundacional de la ciudad y el Partido. Tras la llegada del Coronel Eugenio Del Busto en 1846 y la instalación del fortín, el predio se transformó en la Plaza de Armas (posiblemente allí se encontró el mangrullo del Cantón), en torno a la cual se erigió la Comandancia Militar y en 1858 la capilla Santa Rosa de Lima.

De todas formas, cabe destacar que, como en toda naciente población, y, particularmente del espacio público, durante décadas se mostró muy alejada del aspecto que suelen tener las plazas tradicionales. No tenía trazo y no fueron pocos los que por entonces la describieron como un terreno intransitable, con pozos y malezas por todas partes.

Recién durante la gestión de Andrés Macaya como intendente municipal, en 1901, se tomó la iniciativa de darle cierta forma y embellecerla en la medida que las arcas municipales lo permitieran. Se conservaron algunos de los árboles de gran tamaño que ya existían, se incorporaron jardines uniformes con pequeños arbustos, y se le prestó especial atención al mantenimiento del pasto. También se añadieron caminos de tierra zigzagueantes, bancos de madera y un kiosco en el centro.

Pero aún faltaba para que el modernismo típico de los primeros años del siglo XX quedase realmente reflejado en el “corazón” de Bragado. Así, años más tarde, se aprovecharon los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo para la inauguración de un nuevo sistema de luminarias y la colocación de la piedra fundamental del “Monumento a la Libertad” (su finalización estaba prevista para el 9 de julio de 1916, aunque no se concretó).

Las reformas se paralizaron durante algún tiempo hasta que, tras la construcción del Palacio Municipal y la aparente falta de armonía con la plaza central, el por entonces intendente Bernardo Elizondo decidió iniciar una profunda remodelación. Se enviaron desde La Plata nuevos planos diseñados por el arquitecto Alberto Robles y de inmediato el personal municipal se encargó de ponerlos en práctica. Fue entonces cuando la Plaza 25 de Mayo perdió definitivamente sus líneas zigzagueantes para adoptar las rectas que aún hoy se conservan. Además se dotó al espacio público de nuevas especies de plantas, como por ejemplo Weigelia, Deutzia, Fhiladelprus, Cindonya Japonica, Cedrus Decdara, Brachychiton Acerifolium y las típicas Cyca Revoluta que todavía yacen en proximidades a las esquinas.

Fuera Elizondo del gobierno bragadense, Juan Riva continuó con los trabajos. Reemplazó las columnas de alumbrado e hizo subterráneo el tendido eléctrico. Por otra parte, en 1928 derrumbó el “Monumento a la Libertad”.
Inicialmente Riva pensó construir una pérgola central, pero, tras el término de su mandato y la posterior reasunción de Elizondo como intendente, el proyecto cambió. Finalmente en el centro se colocó una fuente, transformándose con el paso de los años no sólo en un referente de la Plaza 25 de Mayo sino de todo Bragado. Además, por primera vez se colocaron veredas en las avenidas diagonales, y, en los extremos de éstas, las cuatro pérgolas que todavía se conservan. Como si fuese poco, la fuente fue adornada con ocho jarrones y la figura de dos niños. También se sumaron otros dos jarrones para otros sectores del espacio público y dos estatuas.

Así, la plaza quedó casi terminada. Pero aún faltaba un merecido homenaje al fundador de Bragado, que finalmente se concretó el 25 de mayo de 1937 con la inauguración del mástil-monumento diseñado por Luis Perlotti, tras el impulso del Club Social y la posterior respuesta favorable del intendente Francisco Ibarra. Aquella escultura luego se transformó en mausoleo, como consecuencia del traslado definitivo de los restos del Cnel. Eugenio Del Busto, el 30 de agosto de 2007. Los otros bustos de la plaza corresponden a Manuel Belgrano (inaugurado el 20 de junio de 1957) y a Domingo Faustino Sarmiento (presente en el lugar desde 1961); también el Concejo Deliberante aprobó en 2009 la erección de una estatua en homenaje a Raúl Alfonsín, aunque todavía no se construyó.

Pocos lugares concentran tanta historia en Bragado como la Plaza 25 de Mayo. Allí nació la ciudad y sucedieron los acontecimientos de mayor relevancia de los últimos tres siglos. Vio cómo la Comandancia Militar se transformó en ruinas; la Casa Municipal en el Palacio Municipal; la capilla Santa Rosa de Lima en una parroquia; la casa de Antonio Cambaceres en un hospital y más tarde en el Hogar de Ancianos San Vicente de Paul; un corralón municipal en el Colegio Nacional; el Consejo Escolar en la Escuela N°1; y el Club Social en el Teatro Constantino y luego en un centro cultural.

Sobre sus caminos de tierra y veredas han transitado gran parte de los bragadenses; en la desaparecida rotonda expusieron sus discursos los principales políticos de principios del siglo XX; sus bancos son testigos de innumerables conversaciones; sus esculturas reflejan los valores y próceres de la comunidad; miles de jóvenes la eligieron como espacio de encuentro con sus amigos y/o para pasar las tardes, y los ancianos para alegrar sus días. La Plaza también será un espacio de reencuentro con el pasado cuando, el 1° de enero de 2100, se desentierre el cofre con testimonios y que la comunidad quiso trasmitir a las generaciones futuras en el comienzo del año 2000.

Por todo lo antes descripto es que la Plaza 25 de Mayo constituye más que un espacio público. Es la historia y la gente de Bragado reflejadas en un único lugar; en sus veredas, en el pasto, en sus bancos, plantas y esculturas.